El verdadero color del rojo
Al ver la sangre salpicada en mi pierna
descubrí el verdadero color del rojo
entregado por tu mensualidad a la naturaleza,
color que no nos importó
para buscar el penetrante amor
de varios gozos conjuntos,
que alcanzaste en una sola noche,
que mi cuerpo alcanzó al final de ella,
mientras los caminantes continuaban
por las calles reflectantes
de lluvias y luces que no nos importaban.
Dicho acto sedicioso de olores
será nuestra ofrenda de amor
será nuestro sacrificio a los dioses
por cada gota de impura sangre
que fluyó entre nuestros cándidos fluidos
multiplicando sus intensos aromas
captados en la humedad irreverentemente
de nuestras ardientes pieles
en desvergonzado amor candente
Leonel SJ